jueves, 16 de abril de 2020

Señora Zarpitas.

Leer un libro de poemas es
vivir como una felina, descalza por las habitaciones
sin querer hacer ruido,
pero tirando todo lo que hay encima de las estanterías.

Maullando como una gata en celo,
restregándome por los escalones,
y las esquinas del sofá.

Es como tumbarse sobre el radiador mientras
las gotas de lluvía golpean  las ventanas
y dar un salto de fé.

Leer un libro de poemas
es vivir mil muertes -y no sobrevivir-
Es encontrar las llaves de las ventanas cerradas.

Un poema es un afiladero
para mis uñas.

Yo que siempre viví
observando desde las alturas, con los balcones cerrados.
Como una gata casera,
muy educada, que va a su cajita de arena todas las mañanas.

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